DOCUMENTACIÓN exposición "CICLOS"
ENTREVISTA. Javier
Sardá
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Capturando pensamientos LMH: ¿Cómo nace la idea de CICLOS? JS: La idea de CICLOS, se ha construido sin quererlo. La empecé por amistad, y porque me apetecía hacer fotos de un tema tan plástico. Primero fue Pepona, una amiga que me pidió que le hiciera las fotos 3 días antes de dar a luz; luego una amiga de ella vio las fotos y quiso hacer lo mismo. Fui recopilando fotografías de una misma temática sin pensarlo mucho. La muerte de mi padre hace casi 3 años, fue un flash, dejándome claro que la vida es un ciclo corto, tenía que hacer algo, tenía que mostrar mis trabajos, porque mañana podía no estar, igual como pasó con mi padre. Tenía una serie de fotos "en el cajón", y si yo desapareciera, ellas lo harían conmigo… las quería mostrar. Mis anteriores exposiciones fueron visuales, con "CICLOS" me centro en la vida, para recordar que es efímera y hay que aprovechar los muchos ciclos que contiene, hasta el último que conocemos, la muerte. LMH: ¿Crees que tu perspectiva ha cambiado desde H2O, la primera exposición, hasta CICLOS? JS: Bueno, han pasado años y CICLOS no es como las dos primeras. Por ejemplo, en H2O, eran partes, encuadres, de fotos "comerciales". Algunas de las fotos que se presentaron eran los fondos de fotos comerciales, quitando el producto. La segunda fue un trabajo de encargo, pero el producto, "el agua", no tiene marca. Cuando el producto es un servicio o no contiene etiqueta que mostrar, hay un poco más de libertad, pero existen otras delimitaciones como colores, temáticas, o tratamientos de imagen. En el caso de CICLOS, empezó con una serie de imágenes hechas de forma inconexa, pero con la misma temática. Fue cuando pensé en hacer la exposición, que decidí ampliar la colección creando un conjunto con una narración, con un sentido, con una vida. LMH: ¿Y qué se siente al tener la libertad para hacer tus propias cosas? JS: Hace años que muy pocas veces me encuentro sin libertad, asumo las limitaciones o condicionamientos del cliente y hago lo que yo quiero, tengo la capacidad de incluir esas limitaciones a mi forma de hacer las cosas, pensando en el cliente. Siempre he puesto mi visión personal en los trabajos, la única diferencia en la realización de las obras para la exposición, ha sido que no había un cliente marcándome. El cliente soy yo mismo. LMH: ¿Qué esperas del espectador de CICLOS? ¿Qué te gustaría que vieran con tus fotos? JS: Por un lado, sentimientos, si el espectador es madre o padre tendrá unos u otros. Por otro lado, la relación entre los fotografiados en torno al embarazo, cargar 9 meses un peso, es muy diferente que acompañarlo 9 meses. Por último, es una forma de agradecer a las personas que se han desnudado frente a la cámara y se han prestado a hacer esta serie de fotos, ellos querían hacerse esas fotos para sí mismos, y sin ser conscientes me han dado a mí la posibilidad de hacer un trabajo enriquecedor. LMH: ¿Crees que haya una frontera que separe o que una lo artístico de lo comercial? JS: Como fotógrafo publicitario siempre intento captar la forma positiva y la parte estética de cualquier tema. Con CICLOS, muestro instantes positivos, un oasis entre la destrucción y las cosas negativas que vivimos día a día. Lo único que separa lo artístico de lo comercial es el uso que se realice de la imagen; que se pueda colgar en una galería y lo eleven a la categoría "arte", o que se estampe en un pack, que se ponga una marca encima y se lo llame "comercial"
En algunas exposiciones se cuelgan fotos de los años 1920 a 1950, algunas encargos comerciales de la época, que con el tiempo son consideradas como obras de arte, ahora sí, porque están colgadas en una galería. Y cuando utilizas una fotografía de una embarazada en un anuncio o producto, eso es comercial, ahora sí porque está en asociado a una marca comercial. La diferencia entre lo artístico y lo comercial se confunde con el valor "calidad", que no tiene mucho que ver con el uso. Un ejemplo de ello son las fotografías de prensa diaria en relación a los acontecimientos destructivos que se publican para vender periódicos, al instante adquieren el valor de documento y en poco tiempo se cuelgan en galerías de arte. El morbo vende y el arte también. LMH: Hay mucha gente que dice que el digital ha prostituido la fotografía. ¿Tú qué piensas? JS: El sector de la fotografía artística, considera que el fotógrafo profesional se prostituye por utilizar nuevas tecnologías. Por este mismo criterio los que así clasifican a la tecnología digital, deberían hacer todas sus fotografías con una cámara estenopeica, sin utilizar los avances tecnológicos en óptica y mecánica que disponen las cámaras fotográficas actuales. El fotógrafo profesional, ha de procurar disponer de la tecnología más adecuada para ofrecer el mejor resultado al cliente. El digital es una tecnología que cualquier fotógrafo está obligado a conocer para decidir cuando la puede y debe utilizar. LMH: Pero en términos de calidad, de imagen… JS: El digital es un soporte nuevo, que se asocia a la máquina, que lo hace todo. Si nadie evolucionase, ni cambiase seguiríamos haciéndonos la emulsión, cada uno. Hay un porcentaje elevado de fotógrafos que está tirando en digital, más de lo que se cree. Es más, yo creo que el que recela del digital es porque desconoce el sistema y, sobretodo, la post-producción digital, como en todo, la ignorancia es atrevida. El proceso digital es mucho más personal de lo que la gente cree desde la ignorancia, se habla del químico, de las muchas horas que se pasan haciendo la copia en blanco y negro en el laboratorio -porque la puedes controlar-, ¡pero es que en digital es lo mismo! El captador digital captura, como antes hacía el negativo, y esa captura hay que trabajarla en el laboratorio digital con un programa de retoque. Dedicas muchas horas, desde el archivo original, haciendo reservas, combinaciones de saturación, de contraste, todo lo que se puede hacer en el laboratorio químico pero multiplicado y con la ventaja y la comodidad sobre todo, de dormir por la noche y mañana sigues, sin necesidad de preparar líquidos nuevos. Es mucho más cómodo, pero a la vez es mucho más perfeccionista, un retoque te puede quedar "muy bien", pero las opciones no tienen fin. La ventaja del digital es que tienes muchas más posibilidades creativas en el laboratorio.
LMH: ¿Cómo pasas del analógico al digital? JS: Empecé trabajando con químico, con formatos grandes por temas de calidad y que el mercado pedía en el ámbito comercial, cuando empezó a surgir el digital, lo desestimé porque las calidades no llegaban a los estándares que teníamos en químico, después de 4 años de estar a la expectativa de la evolución de lo digital, que empezaron a salir sensores de mayor resolución y experimenté químico respecto a digital. Comprobé que podía ofrecer igual o mayor calidad con digital que con químico. La afirmación de que si el químico da más o menos colores, más o menos definición, es relativa, dado que en el mundo químico existen películas con diferentes respuestas y calidades, como ocurre con digital, según el sensor que utilices te dará más o menos. En particular, me topé con un sensor que se llama Foveon, que tiene una captura diferente a todos los demás con una reproducción de color muy similar al químico. Quizás por ello me sentí cómodo con la estética gráfica que consigo con digital con respecto a lo que estaba acostumbrado en químico, y en cambio si que me da mayores resoluciones que las que tenía en aquel momento. Es una nueva forma de crear las imágenes fotográficas. LMH: Y en CICLOS, ¿cuánto hay de técnica y cuánto de inspiración? JS: De técnica, poca, porque así como en mis trabajos profesionales hay mucha iluminación potenciando ciertas partes, en el caso de CICLOS, la iluminación ha sido bastante estándar y he ido más a capturar los instantes, las expresiones, las posiciones. Al mirar a una embarazada, me planteo el volumen que ha crecido allí, lo que supone, lo que me transmite y lo que va a suponer después. Todo esto lo pienso recordando a mi mujer y mis dos hijas, supongo que si no hubiera sido padre no me hubiera planteado hacer una exposición como esta. Pienso en la relación que tienen los padres con los hijos, las situaciones que se producen durante el embarazo, la preparación que tiene la madre durante el embarazo, y todas estas relaciones se pueden ver. LMH: ¿Cómo te clasificarías, artista o…? JS: Me clasifico como autor. El artista se lo cree, yo no he llegado a ese estadio. Que conste que no me gusta la palabra "artista", "arte", todo ese vocabulario es muy comercial. Creo que en el momento en que una fotografía es clasificada de "artista", entra en la sección comercial de la obra del autor. Entonces ¿qué es más comercial? ¿El que trabaja para un cliente? O ¿el que trabaja para tener obras artísticas? O sea, un fotógrafo que se considera artista está trabajando para sí mismo, para su comercio. LMH: Vivimos en un mundo que está lleno de estímulos, por todos lados vemos imágenes, vas en el metro y está lleno de propaganda, ahora hasta en los túneles las ponen porque no hay espacio afuera, vas caminando por la calle, y estas permanentemente bombardeado por las imágenes publicitarias, con tanto que hay ya nada llama la atención, nada llega, o lo que llega tiene una carga muy potente de algo ¿qué es ese algo que atrapa una mirada?
JS: Yo soy fotógrafo de estudio, como tal, interpreto o construyo iluminaciones, con las que consigo un contraste, una dureza, una dulzura, para generar un sentimiento. La iluminación combinada con la composición del encuadre y la posición de los elementos, hace que esa persona sienta algo, sin verlo. En los retratos de "CICLOS" también juega mucho la expresividad de la persona, que sumada a todo lo otro multiplica el efecto. LMH: Cuando fotografías, obviamente el sentido protagonista es la vista. Pero he visto en CICLOS, que no todo está en lo que se ve, sino que hay otros sentidos protagonistas, entonces ¿cuándo fotografías utilizas tus otros sentidos de una manera consciente? JS: Utilizo la vista pero también el oído, es un modo de comunicarme con el protagonista, él no ve mi mirada, yo sí que veo la suya, hablando con él puedo transmitirle lo que veo para que entienda lo que quiero captar. Esto es muy importante a la hora de hacer fotos. También son importantes los momentos de silencio, cuando hay más de una persona, interactúan entre sí y observo expresiones que transmiten sentimientos, en esos momentos puedo fotografiar las relaciones. Hay un proceso bastante intuitivo en la fotografía de retrato, me surgen ideas, comentarios, planteas una posición, y ahí ves la relación entre las diferentes personas con esa posición, y con el encuadre oculto partes, que se insinúan para el espectador. Cuando no enseñas algo (sin ocultarlo) la gente se imagina lo que más le interesa. LMH: ¿Una imagen vale más que mil palabras? JS: No sé, no he escrito mil palabras ni he intentado venderlas. He vendido imágenes que valen mucho, pero no sé cuánto me pagarían por mil palabras. LMH: Ya… Pero a nivel de mensaje… JS: No sé, hay poemas que tienen pocas palabras y comunican muchas cosas, y viendo una imagen tienes unas sensaciones, pero de ahí a decir que comunica más que mil palabras… Cuando haces cualquier anuncio comercial hay una imagen y nunca hay mil palabras. Pero esa imagen sin esa palabra que lo acompaña, no tiene la misma fuerza. No creo que una imagen valga más, es un dicho y ahí queda… lo único cierto, es que necesitas más de mil palabras para describir una imagen. La cantidad no equivale a valor. LMH: De las imágenes que conoces, que te han quitado el aliento, y que te han impactado ¿cuál de ellas dirías que vale más que mil palabras? JS: Aquí me has enganchado… Veo imágenes, las valoro en sí mismas pero no me planteo si las ha hecho este o aquel, o si es la imagen de mi vida. Soy un consumidor de imágenes: las capturo en mi mente, pero no me obsesiono con observar esa imagen y venerarla. La disfruto y a la siguiente. No tengo una imagen, o un autor que sea mi inspiración. Eso sí, hay imágenes no fotográficas que las disfruto mucho más, como paisajes o situaciones de luz en las que decido dejar la cámara de lado para "ver". Cuando hago una foto, solo la disfruto de dos dimensiones mirándola a través del visor. LMH: ¿Cuál es la parte de todo el proceso que más disfrutas? Desde que piensas lo que quieres hacer, pasando por montar el estudio, inventar una iluminación, luego el laboratorio digital… JS: A mí me gusta montar la iluminación y trabajar la post-producción. La iluminación me permite construir la imagen en 2D para representar la escena en 3D que tengo frente a mí. La foto resultante, como todas las fotos, son interpretaciones de una realidad, plasmadas en 2D. El proceso de laboratorio me ha gustado siempre, del químico y del digital, con sus reservas y sus ajustes. La post - producción digital es más cómoda pero también requiere, como el químico, de muchas horas de trabajo. Lo importante es tener claro lo que quieres y adonde quieres llegar. LMH: ¿Cuál ha sido la parte de CICLOS que más has disfrutado? JS: Uno de los factores más fascinantes era la expectativa de ver los cambios en cada ciclo. Cuando decidí hacer la exposición, me lo tomé como un proceso muy personal, cada sesión de cada mes desconectaba del tema profesional y me centraba en la evolución de esos ciclos.
LMH: Empezaste con la fotografía hace 20 años, en un mundo bastante distinto al de ahora, has vivido el cambio del analógico al digital, y has permanecido en este cambio, pues imagino que muchos habrán muerto en el intento… ¿Qué les dirías a los fotógrafos que empiezan hoy en día? JS: Que no fotografíen con la vista, que fotografíen con la cabeza. Antes de apretar el botón, pensar en lo que se quiere obtener. Cuando utilizaba químico tenía que pensar la imagen, imaginar lo que iba a quedar plasmado, eso hace que el proceso mental se desarrolle mucho. Para tener resultados visuales al momento, utilizaba soportes instantáneos de Polaroid y Fuji, que eran muy costosos. Con el digital, cada disparo es una instantánea y eso facilita la evolución y el aprendizaje, ahora el proceso es mucho más experimental. Como ejemplo simple; ante un paisaje con nubes que se mueven, vale la pena pensar si es mejor o no esperar a que se muevan las nubes para conseguir "la foto" que describa el lugar en ese instante mágico. LMH: ¿Tienes algún ídolo en particular? JS: ¿Ídolo en particular? No. No soy idólatra. Admiraba a mi padre. Por su manera de ser, por como vivía. Él era un autodidacta, me enseñó a hacer fotos, siempre me apoyó en el tema de hacer fotografía. Como todo, cuando lo pierdes, te das cuenta de lo que lo apreciabas. LMH: ¿Cuándo fotografías algo, puedes ver más de ese objeto o esa persona a través del lente? Algo más allá de la luz, del encuadre… JS: Cuando hablas con las personas te das cuenta de sus sentimientos. Si que intento muchas veces arrancarles sentimientos, hablándoles de cosas más personales. Hay personas que se ponen una coraza y no hay manera de entrar, otras personas abren una puerta por la que puedes pasar, y eso se refleja en las fotos. LMH: Entonces cuando tomas una foto, ¿cuánto de técnica y cuánto de "eso otro" utilizas? JS: Cuando estoy con la cámara en las manos, la técnica ya está controlada, para concentrarme en "eso otro". En el momento del disparo es todo intuición. LMH: Hay quien dice que la fotografía se lleva un pedazo del alma del fotografiado, ¿Crees que eso es posible? JS: No. Creo que con una foto la reflejas para que otros la recuerden. Una foto consigue compartir y multiplicar el alma del protagonista. LMH: ¿Tienes alguna superstición en particular al sacar fotos, alguna cábala? JS: No. Es más, tengo un cliente que su producto son los cementerios, cajas de muerto, etc… y no tengo ningún problema en hacer fotografías de otro ciclo de la vida, el último. No soy supersticioso, soy muy simplista. LMH: Y en tu opinión, ¿qué crees que hace que una foto sea especial? JS: Una foto es especial porque lo es o no lo es. Como muchas otras cosas en la vida, se tienen o no se tiene. LMH: ¿Qué es para ti la fotografía? JS: Para mí es un medio de vida. Una forma de vida, quizás tampoco sabría vivir de otra manera. La fotografía fue un escape a entrar en el sistema. Estaba estudiando arquitectura y me di cuenta de un sistema de jerarquías de difícil acceso donde, con suerte, no podría expresarme en mucho tiempo. La fotografía me permitía desde el primer día ser yo mismo y hacer lo que quería. Y quizás eso me enganchó sin darme cuenta. Vi que podía vivir con la fotografía y me lancé a ello. |
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